Caldero para cenar en Chengdu

La cocina de la provincia de Sichuan, en el sur de China, es famosa por sus guindillas. En la capital regional de Chengdu, las guindillas no solo se echan al wok, sino también a los calderos: las ollas se llenan de caldo y cada uno cocina en ellos su propia comida. El caldero se coloca en las mesas de los restaurantes y representa el culmen de la sociabilidad del país.

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Disfrutando de la comida entre el bullicio

Dado que suele tardarse un rato en preparar el caldero y que todos el mundo está atareado eligiendo sus ingredientes, los restaurantes de calderos suelen ser espacios de lo más bulliciosos. Las familias no solo comparten mesa sino también los calderos y los boles con los ingredientes. Los camareros no paran de llevar platos a las mesas, mientras los comensales charlan y beben té. La gente no tiene reparos en mostrar su satisfacción con la comida y la compañía. En China, sorber y hablar con la boca llena se considera un signo de estar disfrutando. Para los extranjeros, aquello puede parece un caos absoluto, pero se trata de un error de concepto. Para evitar intoxicaciones alimentarias, se emplean diferentes palillos para los ingredientes crudos y los cocinados. Otra buena costumbre es que, cuando se acaba la comida, el caldo que queda en el caldero se reparte entre todos los comensales. Tenga cuidado porque todas esas guindillas han tenido tiempo de cocinarse durante toda la tarde.

Mezcla de ingredientes para el calderoMezcla de ingredientes para el caldero

El ingrediente secreto

Los restaurantes de caldero también tienen chefs, aunque sean los comensales quienes cocinen su propia comida. Ellos ofrecen los ingredientes básicos: un sabroso caldo que incluye azúcar, vinagre y hierbas, además de las guindillas. Cada restaurante tiene su propia receta. El caldo picante hierve a fuego lento en la olla situada en el centro de la mesa y rodeada por ingredientes crudos: normalmente, carne, brotes de soja, champiñones, mazorquitas de maíz, huevos, tofu y hojas de vegetales. Para darle más sabor, los chinos emplean muchas salsas. La salsa de soja, la salsa de sésamo y el vinagre se mezclan con ajo, azúcar y sal y las inevitables guindillas.

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